Atajar el hambre en Haití, el reto del PMA
En los últimos años, Haití ha experimentado un aumento constante del hambre, y la prevalencia de la inseguridad alimentaria aguda pasó del 35 % en 2019 a casi el 50 % en 2024.
En la Cocina Central del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en la capital de Haití decenas de personas trabajan a contrarreloj para combatir el hambre: unas cortan víveres, otras cocinan en enormes ollas, algunas cargan bandejas en vehículos para entregarlas en los campamentos donde miles de familias esperan ese plato de comida, a veces el único del día.
Uno de esos albergues es el Colegio Isidor Jean Louis, en el centro de Puerto Príncipe, que acoge a 600 personas refugiadas desde hace meses tras abandonar sus hogares debido a la violencia de las bandas armadas.
Una de las alojadas en ese albergue es Elva Senfró, de 85 años. Está allí desde hace meses después de huir del barrio de la mano de su hijo en medio de un cruel ataque de las pandillas.
“La pandilla estaba atacando el barrio, quemando las casas, y mi hijo me sacó corriendo del lugar y me trajo a la escuela, donde vivo desde hace cinco meses (…) Quisiera comer algo todos los días, pero no es así, sólo es posible cuando me traen algo”.