En el Centro Histórico de San Salvador se vivió con devoción el Vía Crucis
En un emotivo Viernes Santo, los devotos de San Salvador se congregaron en el corazón del Centro Histórico para participar en el Vía Crucis, una tradición que revive el doloroso trayecto de Jesucristo con la cruz, desde el Pretorio de Pilatos hasta El Calvario.
Este acto de fe, centrado en los Misterios Dolorosos, guía a los fieles a través de una meditación profunda, recorriendo las catorce estaciones que representan los episodios más significativos de la Pasión, desde la condena hasta la crucifixión.
La procesión, organizada por la Iglesia El Calvario, comenzó en las históricas ruinas de la Iglesia de San Esteban, donde una conmovedora representación teatral de la sentencia de Jesús marcó el inicio del recorrido. Con cánticos y oraciones, los feligreses acompañaron la sagrada imagen de Jesús Nazareno por las calles, impregnadas de solemnidad.
Al llegar a la Iglesia El Calvario, el acto culminó con la escenificación de la crucifixión, un momento de gran intensidad espiritual en el que los presentes elevaron sus plegarias y dejaron sus intenciones al pie de la cruz.
Cada una de las catorce estaciones, ilustradas con imágenes que evocan el sacrificio de Cristo, ofreció a los participantes un espacio para la reflexión y el recogimiento. Este Vía Crucis no solo fue una expresión de devoción, sino también una oportunidad para fortalecer la unión comunitaria, reuniendo a cientos de personas en un acto de fe que iluminó el alma de San Salvador.
