La Basílica de Santa María la Mayor será la morada del papa Francisco
Francisco, el primer Papa argentino, murió este lunes, a los 88 años de edad. Desde hace al menos cuatro años aproximadamente, él organizó cómo quería sus funeral y dónde quería ser enterrado.
A diferencia de la mayoría de los Papas, Francisco no quiso ser enterrado en la cripta de la basílica de San Pedro. Sino que dispuso que su cuerpo repose en la Basílica de Santa María la Mayor, que también es parte del territorio del Vaticano.
La devoción de Francisco por la Virgen María es bien conocida. Y esta basílica fue uno de sus lugares favoritos para orar. «Justo después de la escultura de la Reina de la Paz (la Virgen) hay un pequeño recinto, una puerta que da a un cuarto que usaban para guardar los candelabros. Lo vi y pensé, «Ese es el lugar». Y ya está preparado el lugar de la sepultura. Me han confirmado que ya está listo», dijo al vaticanista español Javier Martínez-Brocal en su libro «El Sucesor».
«El ritual de las exequias era demasiado ampuloso y he hablado con el maestro de ceremonias para aligerarlo: nada de catafalco, ninguna ceremonia para el cierre del ataúd. Con dignidad, pero como todo cristiano», se subraya por otro lado al explicarse su última voluntad.
«Cuando fallezca, no me enterrarán en San Pedro, sino en Santa María la Mayor: el Vaticano es la casa de mi último servicio, no la eternidad», dijo en su momento.
Sin embargo no es el primer Papa en ser enterrado allí, ya que anteriormente, se conoce que siete Pontífices fueron inhumados en esta basílica, el último en ser enterrado en la misma se trató del Papa Clemente IX, en 1669.
La basílica es una de las cuatro basílicas pontificias de Roma. Fue construida en la cima del monte Esquilino hacia el año 432, a instancias del papa Sixto III.
«Según la tradición, la Virgen indicó e inspiró la construcción de su casa en el Esquilino. Apareciéndose en sueños al patricio Juan y al Papa Liberio, pidió la construcción de una iglesia en su honor, en un lugar que indicaría milagrosamente», señala la basílica en su página oficial.
También en ella se encuentran algunas de las reliquias más conocidas del catolicismo, como un icono que se atribuye a San Lucas y representa a la Virgen María con el niño Jesús en sus brazos.
También se guardan en este templo los fragmentos de madera procedentes de la cuna del niño Jesús.