La educación AUTODIDACTA: una nueva cultura escolar presencial, semipresencial y virtual
La cultura autodidacta es imperativa en todo el sistema educativo escolar y no escolar. La educación presencial, semipresencial y virtual no deben ser organizadas ni estructuradas desarticuladamente, eso, constituiría la más clara ambigüedad del sistema y la más clara negación a la educación desde el territorio y su condición de sistema autónomo y subsistema holístico.
La formación de la cultura autodidacta debe iniciar en la niñez y toda la cronología etaria en tanto resuelve el saber teórico como empírico. Esto permite que ese saber escolar o no escolarizado solo puede ser medible en la sociedad, por ello, por ejemplo, la evaluación educativa de cualquier sistema educativo oficial o no oficial se produce en la misma sociedad, constituye un estado ontológico de ésta, de manera que, para conocer los aciertos y desaciertos del sistema en cualquiera de sus formas debemos hacerlo en la sociedad. Lo que aprendemos, lo que sabemos solo puede medirse en el espacio en donde se realiza la formación escolar y no escolar, es decir, en los tipos, alcances y limitaciones de la sociedad.
Enseñanza y aprendizaje a través de la informática y telemática en la cultura Autodidacta
Sin duda de ahora en adelante surgirán múltiples y diversas plataformas tecnológicas informáticas y telemáticas para enseñar y aprender, desde la más simple a la más compleja, desde aquellas que cubran procesos, guías, técnicas, metodologías, prácticas y evaluaciones hasta aquellas que resuelvan de manera inmediata la tarea. Todas son buenas, todas deben cumplir con su cometido; pero es menester de los sistemas educativos escolarizados en los distintos países, determinar la pertinencia para la condición histórica, social, tecnológica, cultural y educativa en los que cada uno de ellos se halla.
No debe ser pues una trasposición mecánica, automática, simplista la que debe apoderarse del uso de la tecnología educativa, eso llevaría al más claro reduccionismo determinista del mas abrupto pensamiento concreto. Sin duda, el recurso tecnológico es importante, pero no debemos olvidar al menos los siguientes elementos:
- La enseñanza y aprendizaje debe ser pertinente y apropiada a las realidades históricas, sociales, culturales, territoriales de la población en la que se aplicará la vía tecnoeducativa
- La enseñanza y aprendizaje debe diseñar, formular, definir y construir el método teórico, epistémico, empírico y practico que garantizará el conocimiento científico
- Para la enseñanza y aprendizaje telemático debe construirse una cultura tecnológica que rebase los obstáculos teóricos y empíricos que puedan surgir en el transcurso de la formación escolar y no escolar
- Debe ser la familia y la comunidad las instancias e instituciones sociales, socioculturales y consanguíneas, las indispensables en todo el proceso de formación escolar y no escolarizada
- Debe contener el Método para Formar no para Instruir
- Debe Formar una cultura tecnológica de la educación escolarizada
- Aprendizaje y enseñanza autodidacta
En educación escolarizada, la tecnológica es el Contenido, mientras la Pedagogía la Forma, ésta ultima constituye el método. La participación de la familia en las clases y tareas virtuales confirman que el dominio y control tecnológico informático y telemático no es exclusivo de algunos grupos etarios. Ese discurso excluyente del positivismo ha dejado de ser un mito. De nueva cuenta la realidad se impone al evolucionismo clasista, elitista y discriminativo. La tecnología es, en última instancia, la técnica operativa mientras la pedagogía, el método. Sin método no hay técnica ni control, no hay pedagogía ni didáctica, no hay teoría ni practica de esa teoría [3]
La articulación sistémica escolarizada Presencial, Semipresencial y Virtual es imperativa. En ella, el Método de la Observancia Epistémica que he propuesto aborda la Forma y el Contenido, mediando entre ambos la formación de la Cultura Autodidacta no como instrumento, sino como esencia de lo objetivo- objetivado y objetivizante (intercambio, intervinculo, articulación, interacción entre el Yo y el Otro con Lo Otro). Surge entonces la transformación de la Motivación en Cultura Autodidacta como elemento determinante de unicidad entre familia-escuela y comunidad, entre estudiante y docente, entre nación e individuo. Es pues, menester de todos, el uso, dominio y control sobre la tecnología en cualquiera de sus formas, la cual, debe pasar de su condición de progreso a su verdadero sentido de desarrollo humano.
La educación es un concepto holístico, amplio, multiforme, multidimensional. La enseñanza y aprendizaje que en ella se realiza adopta disimiles elementos, componentes. La escolarización de la educación constituye una esfera de organización social que refiere la decodificación de innumerables signos, símbolos, lenguajes, figuras, formas que se articulan y concatenan en función del desarrollo y progreso humano tanto para la producción material como intelectual. Pero también se halla dentro de la esfera de la educación aquella no escolarizada en la cual, sin duda alguna, la producción material e intelectual no se halla sujeta a las disposiciones de la escolarización sino, fundamentalmente, al carácter propio de la especie humana.
La intelectualidad no deriva ni depende de la escolaridad. Una persona pudo estar ausente de las escuelas toda su vida y no significa que no posea su propia intelectualidad. Así pues, no debemos confundir escolaridad con intelectualidad. Lo que se aprende en la vida no es resultado absoluto de la escuela. Una persona no adquiere educación porque asista a la escuela. La escuela es el instrumento que enseña ciertos campos de conocimiento que la misma sociedad produce y necesita para existir. La educación, como concepto holístico deriva y adquiere una condición autopoiética diacrónica y sincrónica a la sociedad que la configura. La educación es la expresión sine qua non de la cultura de la sociedad. Conducta, comportamiento, costumbres, formas axiológicas, deónticas y otras tantas que se expresan en las escuelas en el orden grupal o individual, es pues, la escuela, ese espacio de intercambio, intervinculo, articulación, interacción entre el Yo y el Otro con Lo Otro. Pero de esto me ocupo en mi trabajo sobre el Método de la Observancia Epistémica en el cual incluyo el concepto de CULTURA AUTODIDACTA como una de las partes del Sistema de Unicidad Categorial para la enseñanza y aprendizaje escolar y no escolar presencial, semipresencial y virtual
¿Pero que hace a la enseñanza y aprendizaje presencial? normalmente hemos llamado presencial a la dinámica organizativa (administrativa y académica) de las instituciones escolares a donde estudiantes, docentes y personal administrativo acuden diariamente a cumplir con el ejercicio educativo escolar. Sin duda que esa dinámica es correcta en el plano de la organización política escolar. Pero también resulta que lo presencial está articulado a formas de organización intrainstitucionales en cada grupo humano que la conforma. Autoridades escolares, docentes, estudiantes, personal administrativo poseen sus propias formas de organización que van más allá de lo administrativo y académico. Se halla en cada grupo, la configuración de elementos culturales, simbólicos, de poder, prestigio, axiológicos, económicos, ideológicos, étnicos, sociales e históricos que escapan a las normatividades organizativas de la administración y la academia y que, constituyen en esencia, el elemento fundamental que determina la existencia de éstas dos últimas. Siendo esto una condición propia del estado de la administración y ejercicio académico de la institución, la modalidad de enseñanza y aprendizaje escolarizado presencial, no debe ser tratado como una simple distribución de espacios físicos o de asignación de responsabilidades, lo presencial posibilita, genera y controla otras configuraciones.
Si se trata del salón de clases en modalidad presencial, los individuos se agrupan, conforman y configuran la identidad tanto personal como colectiva, es pues el salón, el instrumento que permite esa articulación entre las diversas identidades tanto interna como externamente. Las interrelaciones culturales, históricas, territoriales entre los individuos se convierten en particularidades y singularidades configurativas. El salón de clases entontes, es un instrumento, un medio que reúne desde el interés común en aprendizaje y enseñanza hasta las más claras configuraciones pluriculturales, multiculturales, pluriétnicas y multiétnicas geoeducativas.
Si se trata de la modalidad semipresencial no hay cambio alguno. Lo que se modifica es el tiempo de construcción, el tiempo de logro de la Unicidad sistémica intra y extra salón de clases. Lo semipresencial es, de nueva cuenta, una forma pertinente para un logro permitente, es decir, facilitar el acceso a la educación escolar masificando (pero no desvalorando) las exigencias que los campos de conocimiento demandan en cualquiera de sus formas y contenidos.
Si se trata de la modalidad virtual, también no hay cambio alguno en la configuración identitaria en cada individuo. No importa que físicamente no se halle en un salón de clases debido a que la presencia en un salón de clases no es condición indispensable para la configuración de sus particularidades y singularidades identitarias, siendo estas últimas, las que le otorgan su pertenencia al grupo. La tecnología virtual en la enseñanza y aprendizaje escolarizado y no escolarizado es una condición instrumental que sin duda se modificará con el tiempo, espacio, sujeto y objeto, así pues, lo que realmente importa es el Método que garantice que dichas enseñanzas y aprendizajes se realicen, es decir, que sean resueltas, aprendidas, conocidas, interpretadas y explicadas en el pensamiento abstracto y concreto; media entonces en esto, la formación de culturas autodidactas que garantizarán el saber transformado en Hacer.
Vemos pues que, en los tres casos, la enseñanza y aprendizaje escolarizado deben construirse como la concatenación indisoluble que construye el Saber en función del Hacer. Pero esa función requiere del instrumento pertinente que pueda ser verificable, contratable, comprobable y refutable a través de cualquier mecanismo (evaluación) o por la praxis misma. Es pues, la formación de la CULTURA AUTODIDACTA que propongo, uno de esos instrumentos que aún desde sus propias condiciones epistémicas, ontológicas, de método, metodológicas y empíricas, podrá articular las tres modalidades en virtud de la construcción de la ciencia debido a que
“La ciencia de las ciencias contribuye en mayor o menor grado a la elaboración de políticas de la ciencia, o sea, programas de desarrollo (o de estancamiento) de la investigación científica y de las relaciones de ésta con la investigación tecnológica. La política de la ciencia que se elabore depende directamente de la filosofía de la ciencia que inspire a los planeadores y decisores en materia política. Una filosofía idealista sugerirá el modelo de la ciencia como torre de marfil; una filosofía empirista inspirará el fomento de la investigación empírica sin guía teórica; una filosofía pragmatista inspirará menosprecio por la investigación básica; y así sucesivamente. Solamente una epistemología realista podrá inspirar una política fecunda de la ciencia, una política que fomente el desarrollo integral e ininterrumpido de la investigación básica tanto como de la investigación aplicada. De aquí la importancia política, no sólo cultural, de la epistemología en nuestro tiempo” [1].
“[…] Bernard, Mach, Engels, Lenin, Duhem, Poincaré, Russéll y Whitehead, son ampliamente leídos aún en nuestros días. Es preciso reconocer que estos pensadores, casi todos ellos epistemólogos aficionados, escribieron libros más interesantes y perdurables, así como mejor escritos, que la mayoría de los libros sobre epistemología que se publican hoy día. Un motivo de ello es que se ocuparon de problemas auténticos, originales y de envergadura, en lugar de acometer problemitas intrascendentes o de limitarse a comentar lo que hacen otros, como suele ocurrir actualmente. Además, esos pensadores del período clásico tenían opiniones propias y las defendían con elocuencia y con brillo, aunque no siempre con rigor” [2].
La enseñanza y aprendizaje presencial, semipresencial y virtual tiene su historia. En algunos países lo semipresencial y virtual (a distancia, e-learning, etc.) apenas data de hace 10 años. Otros quizás 25 años y los más antiguos alcanzan ya los 40 años. Esas asimetrías han sido producto de los mismos procesos de industrialización y tecnologización en países sumamente dependientes que países industrializados les han impuesto económica, cultural, educativa y socialmente.
Desde esa perspectiva, la educación semipresencial y virtual ha adquirido y seguramente continuará adquiriendo múltiples y disimiles formas, mecanismos, expresiones, conformaciones y configuraciones que dependerán de las condiciones de desarrollo social y progreso tecnológico que las sociedades hayan alcanzado. Esto pone de antemano en peor condición la historia de la educación mundial que después de más de 100 años no muestra signos de transformación favorable. Hoy, en pleno siglo XXI el escenario educativo en países dependientes que no poseen proyecto de nación propio y que además desarrollan modelos educativos ajenos, parece más desolador, incierto, ambiguo, circunstancial. En tales condiciones parece no haber respuestas a tantas preguntas sobre el devenir de la educación, particularmente, sobre la articulación entre la educación presencial, semipresencial y virtual escolarizada. Permanecen entonces muchas preguntas no resueltas en el pasado histórico educativo de estos países y surgen sincrónicamente nuevas preguntas al respecto de lo que sucederá con la educación en medio de catástrofes, cambios de la naturaleza, mayor pobreza, desnutrición, asimetrías tecnológicas e industriales entre las sociedades, calamidades y otras tantas que emergen de las propias realidades de cada sociedad, en cada territorio.
He dicho anteriormente la indispensable articulación entre las distintas modalidades de enseñanza y aprendizaje presencial, semipresencial y virtual que hasta ahora conocemos. Pero seguramente, en años venideros surgirán otras modalidades, en algunos casos más específicas, en otros más holísticas. Los campos de conocimiento científico en ciencia naturales, sociales, ingenierías, etc. que no logren resolverse de manera teórica y empírica en cualquiera de las modalidades conocidas hasta hoy, habrán de generar nuevas modalidades, procesos, mecanismos, figuras que certifiquen el dominio de esos campos o de otros que surjan con el progreso y desarrollo social. Así pues, el Contenido varía según varia la sociedad. Por ello, siempre he insistido en la determinación de la Forma, es decir, el Método. Es el método el que garantiza que lo enseñado se realice en lo aprendido y que esto último, se realice en la sociedad.
Pero entonces, ¿Qué resuelve la generación de la cultura autodidacta?, ¿De qué puede servir si queda al libre albedrío o en el plano de las decisiones subjetivas personales? Las respuestas pueden múltiples y diversas. La cultura autodidacta posibilita al menos lo siguiente: 1) compromiso del individuo con su saber, 2) responsabilidad con el saber y el hacer, 3) mayor y mejor nivel de conocimiento y dominio abstracto y concreto del campo de conocimiento, 4) mejor y mayor uso de la tecnología informática o telemática al servicio de la educación ( textos académicos en internet, videos, etc.), 5) mayor y mejor capacidad de debate teórico y empírico, 6) profundización y ampliación de la cultura de la lectura, 7) desarrollo personal y social lingüístico de comunicación, 8) mejores niveles y formas de intervinculo intra-intergrupal, intra-interfamiliar e intra-intercomunitario, 9) mayor y mejor nivel de investigación, 10) sistema etnoculturales ( de padres a hijos) que aseguran la sobrevivencia de la cultura intrafamiliar Así pues, la formación de la cultura autodidacta requiere también del método pertinente ya que formar pensamiento crítico, analítico, interpretativo, deductivo, inductivo, etc. solo puede alcanzarse por obra de ese Método. Resuelto el problema del método pertinente, la cultura autodidacta adquiere los elementos necesarios y propicios para la debida aplicación a la teoría o practica que estudia, comprende, analiza, interpreta y resuelve en su pensamiento en función de la transformación realidad aparente en objetiva, objetivada y objetivizante.
Esta cultura no queda en el plano del libre albedrío, por el contrario, si desarrollamos dicha cultura desde las primeras formaciones de pensamiento en los primeros años de nuestras vidas cronológicas, la cultura autodidactica constituye una construcción del objeto entendido como la comprensión del Todo e incorpora en ese todo, la formación autodidacta en el sistema educativo escolar y no escolarizado. Así pues, siendo parte constata del sistema, deja su condición libre y se asume en sí mismo, en condición sine qua non para la enseñanza y aprendizaje en todas las modalidades del sistema.
Reestructurar la cultura educativa mundial es imperativa. Territorial izar la educación escolar y no escolar en la nueva división internacional del trabajo de la producción material e intelectual debe ser inmediata. La cultura AUTODIDACTA debe ser pedagógica, didáctica, epistémica. Deben reconfigurarse normas y procesos administrativos que certifiquen el saber autodidacta que resuelve la realidad en el territorio. En consecuencia, construir la enseñanza y aprendizaje AUTODIDACTA constituye la premisa indispensable de la didáctica, metodología, pedagogía y práctica docente presencial, semipresencial y virtual para el futuro educativo escolar y holístico. Debe ser entonces, que los diseños educativos escolarizados utilizando la tecnología informática o telemática deben generar y posibilitar la construcción de la autonomía y gestión, currículo y pedagogía pertinente, dignificación del magisterio a través de la formación docente desde las particularidades y singularidades territoriales.
La cultura autodidacta en la Pandemia Covid19
He señalado algunos de los aspectos de la cultura autodidacta aplicada desde la configuración de un concepto social, holístico de la educación nacional. Adquirir esa cultura no solo es tarea de la escolaridad, es, en esencia, cultura del Todo social. Si esto es así, la reconfiguración y reconversión de los modelos educativos en el mundo estarán forzados a rediseñar sus caminos, su sentido teleológico en función de la sociedad que ahora existen. Así que entonces, es necesario homogenizar las condiciones y soluciones de algunos elementos del todo social que en este momento afectan a todos los sistemas educativos en el mundo, esto es:
Deserción y ausentismo escolar temporal, eventual o definitivo
- Transformación del modelo curricular de Acreditación por el de Certificación
- Certificación curricular de la enseñanza y aprendizaje virtual y autodidacta
- Reorganización del calendario escolar para los años venideros
- transformación del Modelo Curricular Operacional en Modelo Curricular Nacional
[1] Bunge, Mario, Epistemología, Ed. Siglo XXI editores, México, 1980. p.17
[2] Bunge, Mario, Ibídem. Óp. Cit. pp.22-23
[3] Ticas, Pedro, Epistemología de las generaciones: una propuesta metodológica para su abordaje en educación, Ed. Universidad Pedagógica de El salvador Dr. Luis Alonso Aparicio, 2017.p.23