La indispensable articulación entre la educación escolarizada presencial, semipresencial y virtual: la construcción del método Autodidacta
Antropólogo Pedro Ticas
Como señalé en enero de 2020 (previo a la Pandemia Covid19 aparecida en marzo de ese mismo año), las nuevas formas de la educación escolarizada y no escolarizada requerirían de modelos y políticas orientadas a la articulación entre la enseñanza y aprendizaje presencial, semipresencial y virtual mediante la configuración de la Cultura y Método Autodidacta epistémico, metodológico y empíricamente realizable. Esta forma tricotómica de lo presencial, semipresencial y virtual solo puede ser funcional, efectiva, eficiente y de calidad, si las tres partes se hayan profundamente articuladas; sin ello, la educación continuará siendo la expresión plena de la desarticulación, incongruencia y desvinculo y cada parte de la tricotomía estará aislada en su forma y contenido. Así pues, para la debida formulación, diseño, aplicación, ejecución y evaluación de la tricotomía resultan imperativas la particularidad y singularidad territorial, sus identidades poblacionales y las mismas condiciones del Todo. Así pues, el Sistema Educativo Escolarizado habrá de proveer y generar las condiciones para que las territorialidades alcancen sus mejores y mayores formas y mecanismos de autonomía, gestión, construcción curricular, recursos tecnológicos informativos y telemáticos en función de su población, historia, cultura, dinámica económica y, particularmente, el proyecto de vida de los individuos que conforma ese territorio.
Sin duda que la educación virtual constituye uno de los más importantes avances de uso tecnológico hacia el desarrollo del conocimiento técnico, ciencias fácticas o exactas, empero, en sociedades sin tradición y cultura de la acumulación tecnológica o de competencia y competitividad del conocimiento, el asunto de la enseñanza y aprendizaje a través del instrumento virtual se torna más complejo. Este tipo de enseñanza no es nuevo. Data de finales del siglo XIX (“enseñanza por correspondencia, educación multimedia, educación a distancia y la propia cronología histórica de la educación virtual de 1924 a 2013”) (1) pero no todas las sociedades cuentan con esa experiencia. También existen excepciones, es decir, instituciones educativas que de forma particular han avanzado sustancialmente en diseños, formulación y ejecución de procesos de formación académica y científica con significativos aportes al pensamiento nacional e internacional. Empero, no es esta la regla. Por el contrario, ha sido el mismo autollamado “sistema educativo” el que ha obstaculizado su desarrollo imponiendo modelos educativos bancarios, mecánicos y anacrónicos a las exigencias del mundo.
En esas circunstancias, el proceso de ascensión del pensamiento abstracto a lo concreto y viceversa continúa siendo un problema teórico y empírico que no ha logrado superar en más de 80 años (tiempo de vigencia del modelo cronológico educativo nacional) la ruptura epistémica de su propia construcción. Sin duda, dicha condición ontológica no permite vislumbrar la construcción de un sistema educativo nacional que rija las formas, tipos y niveles de competencia y competitividad. Como he dicho siempre, la educación escolarizada goza de amplia capacidad operativa de lo circunstancial, eventual y efímero, responde a lo momentáneo y temporal, de manera que se recrea en sus propias limitaciones. Siendo lo eventual y temporal su principal fundamento, la proyección alcanza lo que alcanza su momento, lo que en Bourdieu seria que “los hechos que validan la teoría valen lo que vale la teoría que validan. El objeto es lo que se objeta.” (2) y, por tanto, “la experiencia no cumple con su función sino en la medida en que establece una invocación permanente del principio de realidad contra la tentación de abandonarse al principio del placer que sustenta tanto las fantasías gratuitas de cierto formalismo, como las ficciones demasiado complacientes del intuicionismo o los ejercicios de la alta escuela de la teoría pura” (3).
Así pues, la educación virtual escolarizada requiere de la construcción de una cultura tecnológica colectiva y social, es decir, debe la sociedad en pleno, caminar y articularse en todas las esferas de su vida económica, política, social, educativa, comunitaria a través de la tecnología, siendo que esta `ultima habrá de regir las condiciones generales del progreso social. Esto significa que toda la actividad humana (producción material e intelectual) de la sociedad, debe estar sincrónica y equitativamente activa a las necesidades de la sociedad. Por ejemplo, cuando se trata de una sociedad tecnologizada, toda su actividad productiva, comercial, habitacional, recreativa, bancaria, social, cultural, infraestructura, servicios, etc., están plena y profundamente intervenidos por la tecnología con el objetivo de facilitar y dinamizar sus actividades, si esto no es así, entonces la tecnología es únicamente una ilusión, un espejismo que en cualquier momento devela su inconsistencia y contracción. Solo así, la tecnología informática y de cualquier otro tipo podrán convertirse en formas y modos de vida, solo así, el progreso alcanzará mejores simetrías con el estado de desarrollo de los pueblos, en tanto esto no suceda, la posibilidad de excluir, discriminar o ignorar culturas de pueblos enteros, será un riesgo permanente.
Sobre esto último, históricamente Latinoamérica adolece de las más grandes desigualdades escolares. Esas desigualdades no se satisfacen únicamente con la dotación de los instrumentos tecnológicos (computadoras, equipos, telemática, formación, entrenamiento, etc.), eso, es una necesidad imperativa y de primer orden que debe solventarse si la sociedad está lista para su utilización y máximo provecho, empero, mientras la sociedad no modifique el contenido de sus relaciones sociales de orden feudal, muy difícilmente podrá alcanzarse un nuevo orden económico tecnológico y el uso de esa tecnología aparecerá siempre como pequeño y fugaz destello de progreso.
Pero señalé al inicio que la tricotomía presencial, semipresencial y virtual debe estar articulada, si una de ellas continúa siendo una isla con sus propias ocurrencias teóricas y pedagógicas, las tres están condenadas a dar continuidad a la inexistencia de un sistema educativo nacional. Sobre esto último, debo aclarar que llamo sistema educativo nacional al que se halle plena y debidamente articulado y sistémico en forma y contenido. La ausencia de esto es cubierta por cada centro educativo público y privado (que en realidad deberían constituir los microsistemas del sistema nacional) pero que en la práctica se han convertido en los verdaderos sistemas educativos. Así que entonces, han sido las autoridades, docentes, administrativos padres de familia y comunidades locales quienes en esencia hacen posible la existencia de sistemas educativos en el país.
Señalaba entonces que la tricotomía debe estar constituida por un elemento esencial: la cultura del método autodidacta. Pero, “¿qué resuelve la generación de la cultura autodidacta?, ¿De qué puede servir si queda al libre albedrío o en el plano de las decisiones subjetivas personales? Las respuestas pueden múltiples y diversas. La cultura autodidacta posibilita al menos lo siguiente: 1) compromiso del individuo con su saber, 2) responsabilidad con el saber y el hacer, 3) mayor y mejor nivel de conocimiento y dominio abstracto y concreto del campo de conocimiento, 4) mejor y mayor uso de la tecnología informática o telemática al servicio de la educación ( textos académicos en internet, videos, etc.), 5) mayor y mejor capacidad de debate teórico y empírico, 6) profundización y ampliación de la cultura de la lectura, 7) desarrollo personal y social lingüístico de comunicación, 8) mejores niveles y formas de intervinculo intra-intergrupal, intra-interfamiliar e intra-intercomunitario, 9) mayor y mejor nivel de investigación, 10) sistema etnoculturales ( de padres a hijos) que aseguran la sobrevivencia de la cultura intrafamiliar Así pues, la formación de la cultura autodidacta requiere también del método pertinente ya que formar pensamiento crítico, analítico, interpretativo, deductivo, inductivo, etc. solo puede alcanzarse por obra de ese Método. Resuelto el problema del método pertinente, la cultura autodidacta adquiere los elementos necesarios y propicios para la debida aplicación a la teoría o practica que estudia, comprende, analiza, interpreta y resuelve en su pensamiento en función de la transformación realidad aparente en objetiva, objetivada y objetivizante”. (4)
La tecnología educativa: el neo parteaguas entre el Saber y el Conocer
No hay manera de equivocarse. La tecnología indica claros avances evolutivos del pensamiento, la organización y progreso humano, así ha sido desde las primeras formaciones de los homínidos destinados a cumplir con su razón social de nacer, crecer, desarrollarse y morir en sociedad. El mundo tecnológico ha sido una constante. En las formaciones sociales primitivas, el descubrimiento por causalidad de la caza, la pesca y la agricultura implican el dominio del recurso natural y, en consecuencia, el avance tecnológico de dichas sociedades. El paso de la recolección de frutos al dominio de la agricultura no resulta de procesos evolutivos unilineales, se suscita como respuesta al dominio y control sobre los recursos naturales, la organización social, política, económica y cultural de las sociedades antiguas que marcaron el uso de la inventiva y el talento humano como el recurso fundamental para las formaciones históricas sociales. Por ello, a manera de parangón, las sociedades actuales, dinámicas, contrapuestas, complejas y multiformes demandan niveles ascendentes de conocimiento, control y dominio de las invenciones que le confieran mejores formas de vivir como humano, de acercarse con más precisión al reino de la libertad y equidad, al uso adecuado y equilibrado de la producción material e intelectual. Dicho de otra manera, la tecnología en cualquiera de sus formas informáticas, telemática, mecánica, electrónica, creativa o intelectual resulta del reino de la necesidad que presupone la construcción satisfactoria y necesaria al reino de la libertad, todo ello desde el principio básico e inequívoco de lo que realmente adquiere valor de uso o de cambio: el conocimiento.
Precisamente el tema del conocimiento aplicado a lo tecnológico en educación no está referido únicamente al uso de la informática; en realidad, las tecnologías innovadoras educativas consisten en apropiar sistemas, modificar procesos y transformar formas de enseñanza pertinentes a las conformaciones históricas, culturales y sociales de los individuos en quienes se ejecutan, la tecnología es, en última instancia, el completo control, uso y dominio de los elementos técnicos, teóricos, metodológicos y empíricos que resultan de la creatividad humana para transformar su realidad.
En algunas sociedades los conceptos de educar, aprender y enseñar han sido hasta la fecha uno de los grandes problemas sociales poco resueltos en el cuerpo del saber científico y común, de hecho, el concepto de educación ha sido tratado predominantemente como “quehacer escolar” reduciéndolo a una especie de determinismo concéntrico propio de la racionalidad técnica, en tanto, el conocimiento científico amparado por la concatenación de su historia ha pasado a ultimo plano de interés de sistemas y políticas educativas. Pero dicha conducta y entendimiento sobre la educación no es fortuita.
En el caso de algunos países latinoamericanos y particularmente en el caso de la joven historia de la educación salvadoreña hasta 2019, la cultura educativa ha sido predominantemente realizada por la ausencia de un sistema educativo marcado no por incapacidad o desinterés de académicos nacionales de las ciencias, sino por el determinio y condicionamiento económico internacional que ha convertido buena parte de la educación en Programas emanados de prácticas educativas predominantemente empíricas orientadas al Instruccionismo Básico del conocimiento técnico que permite social, política, económica y conceptualmente la aceptación y adopción de casi cualquier ocurrencia del mundo occidental asociada a sus intereses económicos, geopolíticos e ideológicos. Solo así, puede explicarse por qué los países industrializados continúan vendiendo a los países pobres y dependientes un mosaico de espejismos de progreso y fantasías al estilo hollywoodesco de pertenecer virtualmente al mundo moderno, mientras en realidad, los países pobres se sumergen con más celeridad en el inframundo de sus propias desventuras. Así las cosas, el concepto educativo tradicional se restringió a eso que llaman “hacer” en educación, fundamentado sobre la construcción constante del pensamiento Concreto, propio de la acción que no requiere del dominio del Todo que contrariamente al anterior, exige también la búsqueda y comprensión del Pensamiento Abstracto en función de la construcción del Pensamiento Científico. Dichos “Programas Educativos” históricos en El Salvador pueden explicarse fácilmente en el mismo quehacer de las prácticas educativas. Por ejemplo, en pleno siglo XXI la continuidad del uso del DICTADO como técnica de enseñanza desde los niveles primarios hasta los universitarios devela la insistencia en el pensamiento concreto de enseñar ideas, frases, oraciones, signos y significados, objetos y sujetos aislados del contexto, de la historia y de las más básicas articulaciones necesarias para la comprensión de la realidad, la interpretación y análisis de la misma. En tales condiciones, el Modelo por Competencias resulta una contradicción asistémica. No puede lograrse la competencia cognitiva en tanto no se construye el objeto concatenado, articulado y aunque dicho modelo aplicado a países pobres simule una orientación cognitiva del conocimiento, en realidad, a trasluz se esconde su verdadera orientación Laboral, instructivista y Técnica que nace con su propia contradicción: la realidad misma de las sociedades.
Un ejemplo claro de esta realidad se presenta en sociedades en donde históricamente, la formación de maestros ha pasado por etapas diversas que van desde el empirismo docente hasta maestros que han pasado por una escuela normal, instituto tecnológico o estudios superiores. Empero de esta realidad, en El Salvador, pese a las limitaciones, carencias materiales, dificultades sociales, territoriales y todas aquellas que pudiesen históricamente existir, los maestros realizan sus mejores esfuerzos por superar esas limitaciones y lograr mejores niveles de ascensión cognitiva, pedagógica, metodológica y práctica. Han sido maestros, autoridades de centros educativos, asistentes técnicos, orientadores, asesores, padres y madres de familia, comunidades, organizaciones sociales y otros, los que han hecho posible la existencia de la educación nacional, la existencia de un sistema escolarizado.
El modelo por competencias requiere en primera instancia de la existencia de condiciones internas y externas, endógenas y exógenas que permitan la realización del aprendizaje técnico y básico del conocimiento, pero, sobre todo, que dicho aprendizaje pueda ser realizado en la realidad. Estas condiciones expresadas en el orden de lo económico, cultural, tecnológico, histórico, cultural y educativo constituyen condiciones sine qua non de países productores material e intelectualmente, requieren en esencia, de un país con proyecto de nación propio, con identidad, con futuro. En el caso salvadoreño, dichas competencias ya han sido aplicadas históricamente. Primero mediante enseñanza de habilidades y destrezas artesanales para generar oficios: panaderos, costureras, taquimecanógrafas, secretariado bilingüe y otros tantos que aún en pleno siglo XXI, todavía forman parte del concepto educativo nacional. Segundo, el desarrollo de técnicas educativas orientadas al dominio de la lecto-escritura básica y las cuatro operaciones aritméticas elementales y básicas para la realización de formas mercantiles simples de dinero-mercancía-dinero y, en tercer lugar, la ocurrencia del mundo occidental de Formatear Técnicos operarios a través de la enseñanza de códigos directos y mecánicos del Saber convertidos en Hacer mediante el “desarrollo de competencias”. No se trata de calificar entre “malo” o “bueno>” el modelo por competencias, sino, en redireccionar enfoques, formas, niveles, tipos, procesos y formulaciones teórico-operativas que se requieren para insertarse verdaderamente en cualquier modelo por el que se opte aprender y enseñar. Lo que ha de “hacerse” debe hacerse bien mediante el “Saberse” bien.
El riesgo del determinismo tecnológico en sociedades improvistas
El conocimiento tecnológico es práctico, inteligible para la acción, para la acción que no requiere del pensamiento abstracto sino únicamente concreto en su forma y contenido. Dicha acción no infiere la comprensión del Todo y de su dinámica dialéctica, transformadora. Se sustenta en la experimentación de aprender sin saber, y el saber que se aprende se limita al conocimiento fáctico y técnico de procesos o pasos de la cuántica numérica. Pero dicho conocimiento posee su propio campo de resolución empírica necesaria y propia de su cometido. Esto implica que la racionalidad aplicada al Hacer técnico tiene sentido y funcionalidad, en realidad no riñe con el conocimiento científico porque no hay punto de encuentro.
Históricamente, los países pobres han inventado y reinventado el concepto de tecnología educativa. Su propia existencia constituye en sí misma un ejemplo de aplicación de tecnologías alternativas para sobrevivir, enseñar y aprender. En el plano holístico del concepto de educación, aún con todas sus limitaciones, algunos países latinoamericanos han construido sus propias escuelas de pensamiento, su propia epistemología educativa, su pedagogía, filosofía, su pensamiento histórico, antropológico, económico, político, sociológico y didáctico. Pero también aún quedan otros países con total incertidumbre en sus Formaciones Sociales.
Así las cosas, el asunto: la realización y desarrollo de modelos tecnológicos educativos escolarizados constituyen ya una realidad. Pero esa realización será paulatina, gradual, no solo en El Salvador, sino en todas aquellas sociedades con similares condiciones. En El Salvador, la historia de la realidad educativa tiene sus particularidades. Este país inicia su industrialización en la década de los años 50; pero dicha industrialización estuvo dirigida fundamentalmente hacia la agroindustria azucarera y algunas procesadoras de disimiles mercancías; mientras tanto, las demás esferas de servicio se subsumieron en el rezago productivo tanto material como intelectual. Entre ellas, la esfera de lo educativo estuvo orientada a producir instrucción en oficios, es decir, históricamente, la sociedad salvadoreña no ha sido formada en el control sobre los medios tecnológicos y telemáticos. El país no cuenta con la historia generacional que permita suponer que las nuevas tecnologías pueden ser controladas con amplio y profundo dominio, de hecho, por ejemplo, para el caso de la informática aplicada a distintos órdenes de la vida material o intelectual, el dominio, control, uso y posesión de dicho recurso todavía resulta un adeudo social, el país cumple con tareas técnicas o de servicio tecnológico (Call Center, etc.). En tales condiciones de contexto nacional, una economía sustentada en modelos hacendarios no resulta suficiente, moderna y competitiva con los grandes capitales internacionales, más bien continúa siendo la pequeña finca del capital internacional y la gran hacienda del capital local. Dicho modelo económico característico del pensamiento feudal deriva en el desinterés por el conocimiento científico y, en consecuencia, en la construcción del mismo. En este tipo de sociedades, el conocimiento resulta espontáneo, subjetivo, temporal, imprevisto, surge de la inmediatez y la voluntariedad, surge del activismo y las discusiones efímeras, del interés por lo inmediato sin proyección ni futuro, de vivir el día a día, de la reflexión ahistórica, de la desmemoria y la solución parcial e involutiva de la realidad, del Hacer sin Saber.
Pese a lo anterior y aunque muchos países han aceptado y asimilado la condición de subordinación, en El Salvador, convendría valorar y fortalecer las formas educativas de sobrevivencia que cada práctica docente ha reinventado y aplicado en cada escuela rural o urbana durante toda la historia de la educación nacional. Esas prácticas constituyen la más fiel vocación y entrega a la nación de cada maestro que a pesar de las inclemencias históricas, han formado a las generaciones desde siempre. En realidad, el símil con los años 50, consiste en el carácter centralizador del recurso tecnológico referido siempre al pequeño grupo económico agroindustrial heredero de esa década, es decir, el fortalecimiento de algunos capitales individuales y no de la totalidad del país. Esa forma de ensamblar la producción individual, es la misma que ahora se utiliza para la línea de ensamblaje tecnológico en casi todas las esferas de la vida nacional. Procesos mecánicos, independientes, individualistas, desarticulados, y provistos de una fuerte carga del quehacer empírico ha sido la principal bandera tanto de la economía, la política, la cultura y particularmente, la educación salvadoreña. Contrariamente, una sociedad provista de las condiciones elementales que superen los mecanicismos antes señalados, requieren de visiones holísticas, articuladas, sistémicas desde y para un proyecto de nación propio. Esto permite que cuando lo ajeno amenaza lo propio, las sociedades cuentan en su haber histórico con la suficiente riqueza material o intelectual que les inserta en el mundo con identidad, dignidad, protagonismo, respeto y función más equitativa en las correlaciones internacionales del modo de producción al que pertenecen.
El sistema Escolarizado aplicado desde la educación virtual informática o telemática
Debemos construir lenguajes computacionales informativos y telemáticos que coincidan con el Modelo Educativo Propio, este es, un Modelo Curricular Nacional, pertinente, flexible, territorializado en función de las particularidades y singularidades. Este modelo que corresponde a la articulación un proyecto de nación educativo propio, dista mucho de un Modelo Curricular Operacional que se fundamenta en Contenidos y no en Competencias como fáctica y conceptualmente ha sido confundido. Así también, sistemas de Observancia, Seguimiento, Evaluación habrán de tener sus particularidades y singularidades aplicadas desde las mismas realidades territoriales. Solo puede evaluarse lo que uno mismo construye, fuera de ello, lo demás surge únicamente como enunciado, opinión, interpretación subjetiva de lo concreto.
En esa línea, la formación educativa escolarizada mediante el uso informático y telemático debe asegurase de incorporar, definir, construir y evaluar procesos de formación académica propios de las ciencias exactas, fácticas o puras, de la lingüística, etnolingüística, historia, etnohistoria, cultural, pluricultural, multiétnica, multicultural que articulen el dominio teórico, practico, epistémico y empírico de conceptos y categorías especificas en la universalidad y que esto incluya el dominio verbal, lector, escrito, comprensivo, analítico, interpretativo y crítico del objeto que se construye en cada campo de conocimiento, en cada forma de pensamiento abstracto y concreto. Debe lograrse también, que la educación responda a la unicidad de las partes y la articulación sistémica funcional del Todo.
Aquí y ahora, debemos apostarle a la superación del mecanicismo técnico y puro de suponer de manera simplista, que en la formación escolarizada a través de la informática y telemática no importan las construcciones pedagógicas, didácticas, epistemológicas, filosóficas e históricas del pensamiento y que el Saber se resuelve únicamente de manera práctica.
Sin duda que para llevar a cabo la tarea de enseñar y aprender a través de recursos tecnológicos tales como telemática, informática y otros tantos, requiere de enorme responsabilidad histórica, social, cultural y educativa en las sociedades que hacen propias dichas tecnologías en función de un proyecto de nación propio, de otra manera, dicha tecnología solo significaría la continuidad del Colonialismo de cambiar oro por espejos con brillo. No basta con la circulación de las herramientas electrónicas, surge imperativamente el cumplimiento de un complejo sistema de articulación que haga posible el aprendizaje aún en su expresión técnica e instructiva. En el caso de países dependientes se requiere de mucho más que los espejismos tecnológicos. El problema del rezago tecnológico está asociado al educativo, el educativo al cultural, el cultural al social, el social a lo familiar y éste último al individuo, y todos ellos a las graves carencias del concepto del mundo, de la vida, la cual, en última instancia se traduce en desinterés, apatía y desdén en buena parte de los individuos.
Ciertamente, la “sociedad de la información” requiere un nuevo tipo de alfabetización, o, mejor aún, la adquisición de nuevas habilidades y destrezas para intervenir competentemente en el espacio cibernético, así también, ofrece ciertas ventajas en sociedades provistas de las condiciones necesarias para el “aprendizaje activo, estudio independiente, mayor cobertura, flexibilidad en espacio y tiempo, uso de nuevas tecnologías. Pero también, paralelamente se producen una serie de limitaciones que van desde el orden técnico hasta el orden teórico, metodológico, pedagógico y epistemológico. Algunas de esas limitaciones se hallan expresadas en:
“[…] el acceso desigual en la población, Limitaciones técnicas: desconexiones, imprecisiones, fallas técnicas que pueden interrumpir las clases o las sesiones de chat, la comunicación de red y la vía excedente de los alumnos puede desviar la atención de los alumnos, alto costo del material de los equipos y de la producción el material, falta de estandarización de las computadoras y multimedia, falta de programas en cantidad y calidad, puede ser lenta y por lo tanto desmotivadora, los materiales pueden no estar bien diseñados y confeccionados puede ser que el educando se aísle y no planifique correctamente sus actividades y horarios, se utilizan canales unidireccionales de comunicación con el alumno, no se ofrece el mismo contacto persona a persona así como las clases presenciales, se requiere un esfuerzo de mayor responsabilidad y disciplina por parte del estudiante, no todo se puede aprender del internet, escasez de docencia, a nivel mundial; sólo un tercio de profesores que dictan clases virtuales han sido entrenados para enseñar por internet[..]”(5)
En medio de ventajas y desventajas de la educación virtual aparecen las realidades de cada nación, de su propia evolución social y de su propia perspectiva. Para el caso de sociedades rezagadas, la fantasía informática apenas se reduce al uso de esa herramienta para el desarrollo de las habilidades, las cuales, entre otras cosas, solo alcanzan su uso técnico, es decir, el conocimiento básico del proceso ya establecido por los mismos programas o software. Precisamente su condición de rezago genera que muy pocas instituciones educativas cuenten con el recurso masivo de dicha tecnología provocando serias restricciones para su aplicación. Como he señalado anteriormente, una sociedad con profundas diferencias en las formas, estilos y niveles de vida de su población, muy poco puede arrogarse el dominio y control de la informática. Esto implica que las disimiles y extremas diferencias entre los mismos estudiantes y población en general, constituyen en sí mismas uno de los principales obstáculos para la enseñanza y aprendizaje tecnológico educativo. Estudiantes sin tradición y cultura para la lecto-escritura, la formación autodidacta, el análisis y la crítica, sobreviviendo en condiciones humanas precarias, limitadas, envueltos por una sociedad que poco o nada ofrece para su desarrollo con entornos excluyentes, limitados, precarios y en buena medida, altamente hostiles, muy difícilmente puede vincularse al mundo informático de la mejor manera.
En realidad, buena parte de estudiantes confunden informática con internet, y el debido uso del mismo. El interés por visitas a bibliotecas desaparece. En internet, las preferencias de búsqueda de información se orientan a la información simple y fácil sin arbitrio académico o institucional. Esto genera que la enseñanza se acomode a los vaivenes de la tecnología y por tanto la volatilidad de su rumbo, de su política. Este asocio educativo entre el medio y la enseñanza contradice profundamente el discurso ideológico que asegura la construcción científica del pensamiento y el conocimiento. En realidad, en sociedades dependientes se profundiza de forma unilineal la práctica empírica, la cual, históricamente, no ha demostrado ser el mejor camino para el desarrollo de dichas sociedades, sino, por el contrario, el mejor camino para el rezago y la pertenencia al submundo del Saber substituido por el practicismo empírico de la actividad física, material e intelectual subsumida en la más abrupta antinomia del desarrollo.
Eficiencia es el propósito último de la tecnología. La ciencia se basa en la observación y predicción con el objeto de confirmar una teoría; la tecnología predice con el objeto de influir y controlar la actividad. La ciencia valora lo abstracto y general; la tecnología la instrumentación y la aplicación. Estas distinciones ubican a la tecnología separada de la ciencia. “Mientras la ciencia investiga para expandir el conocimiento por medio de la investigación y la comprensión de la realidad”, sugiere Layton (1974) que la “tecnología busca usar el conocimiento para crear realidades físicas y organizacionales acordes con un diseño humano” En materia del conocimiento tecnológico, Vincent (1984) identifica tres categorías de conocimiento tecnológico: a) descriptivo, b) prescriptivo y c) tácito. Al respecto señala que el conocimiento descriptivo no es científico debido a que las explicaciones teóricas no aparecen debida y totalmente desarrolladas lo que implica la ausencia de las derivaciones teóricas necesarias para la comprensión de la totalidad. Por su parte, el conocimiento prescriptivo se genera por medio de la experimentación, el ensayo– error y se usan formas específicas de testeo para hacer predicciones “sobre lo que puede ser identificado como un nivel preteorético” (Mc.Ginn 1978 p. 187). Pero quizás, el más importante de los tres referido al Conocimiento Tácito indica que dicho conocimiento aparece como resultado del “juicio individual, la habilidad y la práctica. Una buena parte de los conocimientos tácitos no pueden ser trasmitidos en forma oral o escrita. Es un conocimiento personal, subjetivo inmediato y específico”, desde luego que dicha forma de conocimiento configura diversos tipos de lenguaje inferidos por los mismos procesos tecnológicos, lo que no amerita discusión porque simplemente constituye su propia representación.
(1) Para mayor detalle, Véase dentro de poco, Ticas, Pedro, El método de la observancia epistémica enseñanza y aprendizaje en educación básica, media y superior presencial, semipresencial y virtual desde el territorio, Ed. Universidad Pedagógica de El Salvador Dr. Luis Alonso Aparicio, E/RPP, 2021. pp.161-164 original.
(2)Bourdieu, Pierre, La construcción del objeto, El oficio de sociólogo, Ed. S. XXI, México, pp.53-55
(3)Bourdieu, Pierre, Ibídem. Óp. Cit.
(5)Ticas, Pedro, La educación virtual en El Salvador: entre la fantasía, los espejismos y la realidad, Co-latino, El Salvador, jueves 8 de agosto de 2013.p.16
(4)Ticas, Pedro, La educación AUTODIDACTA: una nueva cultura escolar presencial, semipresencial y virtual, periódico digital CuscatlanHoy, El Salvador, 29 julio 2020. En: https://cuscatlanhoy.com/la-educacion-autodidacta-una-nueva-cultura-escolar-presencial-semipresencial-y-virtual/
(5)Ticas, Pedro, La educación virtual en El Salvador: entre la fantasía, los espejismos y la realidad, Co-latino, El Salvador, jueves 8 de agosto de 2013.p.16