Trump enfrentaría justicia por cuatro delitos, después del 20 de enero
Son cuatro cargos que se le imputan al presidente estadounidense: fraude bancario, fraude de impuestos, lavado de dinero y fraude electoral, según las informaciones de medios estadounidenses.
La derrota del actual presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, no solo es una humillación política, sino que, pierde la inmunidad como mandatario y lo expone sin ningún blindaje ante la justicia de ese país.
Donald Trump, después de abandonar la casa blanca, el próximo 20 de enero de 2021, le espera toda una jornada ante los tribunales para dirimir las cuatro acusaciones que se le imputan.
«Creo que hay la posibilidad de que se le imputen cargos criminales a Trump», le dice a BBC Mundo Bennett Gershman, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Pace, quien se desempeñó por una década como fiscal en el estado de Nueva York.
Son cuatro cargos que se le imputan al presidente estadounidense: fraude bancario, fraude de impuestos, lavado de dinero y fraude electoral, según las informaciones de medios estadounidenses.
«Los cargos que el presidente podría enfrentar tienen que ver con fraude bancario, fraude de impuestos, lavado de dinero, fraude electoral», entre otros, dijo Bennett Gershman, citando toda la información que ha salido a la luz en los medios sobre su conducta financiera.
Para Donald Trump, la derrota en las elecciones no es solamente una humillación política. El mandatario arriesga mucho más.
Las investigaciones en torno a los escándalos que han ocurrido durante su gestión sugieren, según expertos, que el mandatario puede enfrentar una compleja situación financiera personal, además de procesos penales, cuando tenga que abandonar la Casa Blanca el próximo 20 de enero.
Hasta el momento, frente a la posibilidad de una investigación criminal en su contra, lo protege la inmunidad que le brinda el cargo.
Los resultados de las elecciones del 3 de noviembre proyectados de todo el país le otorgan al demócrata Joe Biden 306 votos en el Colegio Electoral (de 538), cifra que supera con creces los 270 que necesita para ser proclamado ganador de la contienda.
Por su parte, Trump suma 232 votos y sus opciones de quedarse en el poder dependen que prosperen las denuncias de fraude que su equipo de campaña ha formulado aunque sin presentar evidencias.
Por el momento, Trump tiene la protección legal que le otorga ser el presidente de Estados Unidos.
Como si esto fuera poco, Trump enfrenta grandes riesgos financieros, incluyendo, según informes de los medios estadounidenses, una enorme deuda personal y dificultades con su imperio empresarial.
El diario The New York Times dijo que en los próximos cuatro años Trump tiene que pagar más de US$300 millones en préstamos, en momentos en que algunas de sus inversiones personales no pasan por el mejor momento.
Trump solo pagó US$750 en impuestos sobre la renta en 2016 y 2017 según The New York Times
Y tras la derrota, tal vez sus acreedores sean menos flexibles a la hora de exigir el pago de esas obligaciones.
La Casa Blanca ha actuado como una barrera frente a los problemas legales y financieros del mandatario, advierten sus críticos. Con la desaparición de esa muralla, Trump puede afrontar días difíciles.
No admite faltas
El presidente asegura haber sido víctima de numerosas conspiraciones por parte de sus enemigos para acusarlo falsamente de haber cometido crímenes antes y durante su tiempo en el poder.
Y subraya el haber salido airoso de las investigaciones que ha llevado a cabo el Departamento de Justicia en torno a los numerosos escándalos que han enmarcado su gestión, así como del juicio político que le realizó el Congreso a comienzos de este año.
Pero todos esos procesos partían de la base de la inmunidad presidencial frente a los procesos penales. El Departamento de Justicia ha dicho en repetidas ocasiones que un mandatario no puede ser procesado penalmente mientras ocupe el cargo.
No obstante, esas investigaciones podrían ser la base de nuevas actuaciones judiciales contra Trump, le dicen expertos a BBC Mundo.
«Ya sabemos que puede enfrentar acusaciones de fraude electoral, ya que el fiscal federal del Distrito Sur de Manhattan en efecto ya nombró [tácitamente a Trump] como co-conspirador junto a Michael Cohen», asegura Gershman.
El experto se refiere a la investigación federal contra el exabogado personal de Trump, Cohen, quien en 2018 se declaró culpable de irregularidades electorales durante la campana de 2016 relacionadas con pagos efectuados a la actriz porno Stormy Daniels, quien alega haber tenido un affaire con el presidente.
La actriz Stormy Daniels estuvo en el centro de uno de los escándalos que afectaron al presidente.
Durante la investigación contra Cohen, la fiscalía describió en su acusación oficial a un entonces candidato presidencial, al que designaron como «Individuo 1», supuestamente relacionado con esa actividad criminal.
Los medios estadounidenses asumieron universalmente que la fiscalía se refería en ese momento a Trump.
En su momento, el hecho fue noticia nacional. El 7 de diciembre de 2018, The New York Times titulaba: «Fiscales dicen que Trump dirigió pagos ilegales durante la campaña».
Agregaba el diario que «fiscales federales dijeron que el presidente Trump dirigió pagos ilegales para evitar un potencial escándalo sexual que amenazaba sus posibilidades de ganar la Casa Blanca en 2016, poniendo el peso del Departamento de Justicia detrás de las acusaciones previamente realizadas por su exabogado».
El informe Mueller
Gershman dice que cabe suponer que «pueda haber otros cargos por obstrucción a la justicia» a partir de los resultados del llamado informe Mueller.
En 2019, el fiscal especial Robert Mueller entregó su investigación sobre las acusaciones de interferencia del gobierno ruso en la campaña presidencial estadounidense de 2016.
Dicho informe no encontró prueba concluyente de que la campaña del entonces candidato Trump estuviera deliberadamente colaborando con el gobierno ruso.
Sin embargo, el informe documentó una serie de actuaciones controversiales del mandatario en respuesta a esa investigación.
Mueller manifestó entonces que el Congreso estadounidense debía decidir si le seguía un «impeachment» o juicio político a Trump por supuesta obstrucción de justicia, ya que el presidente tenía inmunidad frente a los canales normales de la justicia penal.
Hay expertos que creen que Trump podría afrontar cargos derivados de la investigación que llevó a cabo el fiscal especial Robert Mueller.
En esa ocasión, el Congreso se abstuvo de abrirle un juicio político a Trump, aunque sí lo hizo meses después por un caso distinto, esta vez ante versiones que decían que el presidente había intentado manipular al gobierno de Ucrania para que investigara supuestas irregularidades cometidas por Hunter Biden, el hijo del presidente electo Joe Biden.
En diciembre de 2019 la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, acusó formalmente a Trump, pero en febrero siguiente, el Senado, de mayoría republicana, lo absolvió.
Trump fue apenas el tercer mandatario estadounidense en la historia en enfrentar un impeachment.
Cargos locales y federales
Como presidente, Trump podría en principio autoperdonarse por cualquier violación a las leyes federales que hubiese cometido, aunque no hay antecedentes en la historia del país de una situación semejante.
En cambio, sí ha ocurrido que un mandatario que enfrenta la posibilidad de cargos criminales salga del cargo y sea perdonado por su sucesor.
Ese fue el caso en 1974 cuando Richard Nixon renunció después del escándalo de corrupción de Watergate, y su entonces vicepresidente y sucesor en el cargo, Gerald Ford, le extendió un perdón judicial total.
Nixon es hasta ahora el único presidente en la historia de EE.UU. que ha recibido un perdón total.
«Hay muy poca probabilidad de que Trump enfrente cargos federales, pues es de esperar que se autoperdone», le dice a BBC Mundo Norman Ornstein, experto del American Enterprise Institute, un centro de investigación política de línea conservadora.
En un escenario de derrota electoral, si Trump no se atreve a autoamnistiarse, dice Ornstein, el mandatario tendría algún incentivo para renunciar al cargo antes del final de su periodo, que se cumple el 20 de enero de 2021.
En ese escenario hipotético extremo, el actual vicepresidente Mike Pence quedaría a cargo para completar los días finales del periodo presidencial y podría perdonar a Trump por anticipado de cualquier crimen a nivel federal que hubiese podido cometer.
Pero las potenciales dificultades legales de Trump no terminan ahí, asegura Ornstein.